Tengo muchos recuerdos bonitos de mi infancia, de mis compañeros de clase, del colegio… sigo teniendo gran amistad con con muchos de ellos, pero una de las cosas que mas recuerdo es mi profesor de 3º, 4º y 5º de EGB.

Todavía recuerdo los «castigos» que nos proporcionaban los profesores cuando algún desvergonzado cometía el delito de escribir con faltas de ortografía e incluso llegaba a suspender un examen de una asignatura tan «opuesta» como las matemáticas por tener faltas de ortografía.

Aunque en aquel entonces ya empezaba a despuntar en matemáticas y no era malo del todo en lengua, no me gustaba nada tener que hacer cada día los cuadernillos Rubio de caligrafía. No tenía faltas de ortografía o por lo menos, tenía las típicas de un niño de 8 o 10 años de aquella época. Y digo de aquella época, porque ahora mismo podemos encontrarnos a estudiantes universitarios que cuando lees sus escritos te producen dolor de cabeza y ceguera temporal.

No hablo de los típicos mensajes escritos en el móvil que incluso yo mismo alguna vez me he atrevido a cambiar ciertas «que» por «ke» por el hecho de ahorrar caracteres y no tener que enviar dos mensajes, hablo de textos tan importantes como un examen, una solicitud, un formulario o incluso como he visto hace poco, un CV.

¿Por qué la sociedad española ha llegado a este punto?

Algunos ejemplos:

a (preposición), ha (forma del verbo haber).
e (conjunción), he (forma del verbo haber)
Haber (verbo), a ver (mirar), haver no existe y sin embargo es la que mas se vé.
Hay (haber), ahí (un lugar), ay (exclamación), ahy y haiga no existen
Haya (haber o un árbol), halla (encontrar), allá (un lugar).
Iba (ir), IVA (un impuesto) e hiba no existe
Valla (un cartel grande), vaya (ir) y baya (un fruto)
Tuvo (verbo tener), tubo (pieza cilíndrica)

Hay infinidad de ejemplos. Pero estos son los principales.

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